Windsor Coffee

God save the coffee 👑

La primera vez que fuimos a Windsor, no sabíamos que saldríamos con una orden real en el bolsillo.

Algo en el ambiente nos hizo enderezar la espalda al cruzar la puerta, como si estuviéramos por entrar a un salón del Palacio de St. James. Nos recibió un espacio de paredes a rayas, sillones azul profundo y pequeños arreglos florales.

Recibimos un sobre rojo, sellado con cera, salido de un pequeño cofre que bien podría estar en el despacho del monarca. Dentro, una frase —casi un decreto— que, con suerte, nos cambió el día.

Inspirados en la corona inglesa, las bebidas signature rinden homenaje a las infusiones clásicas del Reino Unido, pero se mezclan con café de especialidad en combinaciones inesperadas y memorables. Diana, por ejemplo, nos cautivó con su dulzura imponente. Wesley, color zanahoria, nos hizo sonreír al recordar a un pelirrojo.

Los postres nos llevaron directo a la hora del té: el Crumble de manzana y el Carrot Cake, acompañados de un English Tea servido con solemnidad, nos dieron una pausa digna de cualquier tarde en Kensington.

En el apartado salado, descubrimos dos joyas:

• El Buckingham Bite, delicado, fresco, con pepino, salmón ahumado y queso crema.
• El Royal Roast, un festín de roast beef, queso manchego fundido, cebolla caramelizada con canela, arúgula y paprika, servido con la elegancia de un banquete. Como llevar guantes blancos… pero querer lamerse los dedos.

“Adelante, lordes de lo cotidiano. El día es suyo.”