Anagrama

Amar gana, siempre

🔤 Anagrama es, por definición, el arte de mover letras hasta que aparece otro sentido. De ana (de nuevo) y gramma (letra): volver a escribir para revelar lo que ya estaba ahí, callado. En Atlixco —nuestra primera barra aliada fuera de Puebla y Cholula— ese gesto sucede en una taza.

Una taza llevó a otra. Diana lo cuenta sin prisa: primero fue la curiosidad, luego el mapa de cafeterías recorridas por puro gusto, después el estudio, los métodos, los sorbos que afinan oído. Así nació Anagrama: de una pasión compartida que creció a traguitos, como quien encuentra una frase escondida dentro de otra.

En la barra, el agua cae fina sobre el molido y libera notas que huelen a pan tostado, a cáscara cítrica, a flor después de lluvia. La loza tibia en las manos, el murmullo de la molienda, la luz de Atlixco entrando oblicua: todo está en su lugar para que el paladar lea mejor.

El nombre también juega: Anagrama contiene su propio espejo, Amargana. Podría sonar a advertencia, pero aquí es un principio: Amar Gana. Siempre.

Atlixco presta su clima amable y su rumor de flores; la barra, su paciencia.

Porque de eso va Anagrama: tomar las letras de siempre —café, tiempo, compañía— y reordenarlas hasta encontrar otra verdad.