Mamífero

Repostería que sigue los ciclos de la vida 🍃🍂

En Mamífero, la dulzura no es fórmula, es intuición. Aquí, las estaciones marcan el paso: si cambia la fruta, cambia el postre. Si el clima lo pide, el horno responde. El menú es una conversación abierta con la naturaleza, y cada receta se escribe con lo que el tiempo ofrece.

Todo lo que se hornea, se hace en casa. Desde las texturas hasta los aromas, todo nace aquí, con paciencia, con manos que prueban y ajustan hasta que la masa dice “ya”. El pastel de crepas con matcha es una de esas creaciones que se quedan contigo. Capa sobre capa, suave, terroso, equilibrado. Una especie de arquitectura comestible donde cada nivel tiene algo que decir. El tiramisú, por su parte, no juega a reinventar nada: lo hace bien. Intenso, delicado, adictivo. Como debe ser.

La barra no se queda atrás. Trabajan con tostadores locales y mexicanos que entienden que el café también es memoria y emoción. Cada taza busca ser precisa, pero sin rigidez. Hay espacio para sorprenderse. Y si prefieres el té, su selección es breve pero bien elegida, pensada como un acompañante digno de la repostería que la rodea.

Mamífero no se presenta como un templo, ni como una vitrina. Es más bien un taller silencioso, donde los ingredientes conversan entre ellos y el resultado final parece inevitable. No hay pretensión, pero sí intención. Mucha.

El espacio también acompaña. Todo en calma. Las conversaciones bajan de volumen, el ritmo interno se aquieta. Aquí se viene a probar, sí, pero también a estar. A dejar que el antojo se acomode y que la pausa tenga sabor.

Abren de miércoles a domingo. El resto del tiempo, deja que el deseo madure. Porque en Mamífero, el placer no se acelera: se cocina a su tiempo.

Con tu Cafaith Pass, puedes disfrutar un americano (base agua) o un flat white (base leche). Solo esas bebidas están disponibles con el pase.